Si quieres perder un par de kilos casi sin sentir, sin dietas, sin sacrificios, sólo con unos hábitos saludables y un pelín de fuerza de voluntad. Sigue estos consejos.
No olvides que el sobrepeso siempre es el resultado de comer mucho más de lo que necesitas y de no quemar después el exceso de calorías consumidas. Este verano olvídate de los aperitivos en el chiringuito o en el bar de la esquina, o no te pases las horas muertas en la tumbona o en el sofá de tu casa. No asaltes indiscriminadamente el frigorífico… Toma nota.
- Disminuye tus raciones, si necesitas perder algo de peso. Y recuerda que como señalaba el profesor Grande Covian el único alimento que no engorda es el que se queda en el plato. ¿Lo dudabas?.
- No comas con prisas. Mastica cada bocado, recuerda que la sensación de saciedad llega a tu cerebro un cuarto de hora después de empezar la comida. Si eres de los que comen en 5 minutos, proponte masticar cada bocado un numero determinado de veces.
- Come ensaladas y más ensaladas, que lo verde te salga por las orejas. A más ensaladas menos kilos, está más que comprobado. Descarta las salsas más calóricas (mayonesa, salsa rosa…) y aliña con 1 sola cucharada de aceite por persona, como máximo.
- Infórmate muy bien. Lee revistas de nutrición y dietética, compra libros… el saber no ocupa lugar, y si estás bien informado no cometerás errores nutricionales.
- Sirve los platos en la cocina y no lleves la fuente a la mesa. De ese modo no repetirás o no te pondrás más de la cuenta.
- Procura elegir bien, tanto en tu casa como si comes fuera. Hay muchas alternativas sanas y ligeras. Tu objetivo será encontrarlas.
- No te sientes o reposes después de comer. En vez de tumbarte a dormir la siesta aprovecha para tender la lavadora, recoger la cocina, pasar la aspiradora… de ese modo estarás gastando energía.
- No descuides el vestuario, si compras prendas nuevas procura que sean más bien ajustadas. Refuerza tu deseo de mejorar tu aspecto, de que esa falda que compraste algo ajustada te quede perfecta… afianzarás las ganas de perder peso.
- Olvida el ascensor, las escaleras mecánicas, el ir en coche a todas partes. Utiliza tus piernas siempre que sea posible. Quemarás calorías.
- Haz ejercicio de forma regular, adecuado a tus posibilidades, edad, peso, condiciones físicas. En verano resulta más fácil, porque pasamos más horas al aire libre. Ten presente que nadar quema 300 calorías por hora, montar en bicicleta, 200 calorías por hora; jugar al tenis, 325 calorías por hora…
- Derrocha imaginación en tus platos, de ese modo no te resultarán aburridos o poco atractivos. Las guarnciones son un recurso delicioso.
- Sírvete raciones pequeñas, ya sea de carne, pescado o verdura. Si te acostumbras a comer platos grandes tu estómago se habitúa también.
- Si tienes ataques de hambre tómate una manzana, de ese modo evitarás las grandes tentaciones (chocolate, galletas, bollos…). Esta fruta te aporta sólo 50 calorías por cada 100 gramos, y es muy saciante. Además es digestiva y estupenda para fortalecer tus dientes.
- Si un día haces un extra, no pasa nada. No te sientas culpable. En lugar de lamentarte intenta compensarlo con una cena más ligera, por ejemplo. ¿Qué te parece estar al día siguiente a fruta y verdura? De ese modo lo compensas.
- Distráete para que no pienses sólo en la comida. Ves al cine, al teatro, de compras, a la piscina… Piensa en todo lo que te gustaría hacer y que no has hecho.
- Anota en un cuaderno todo lo que comes en un día, de ese modo te darás cuenta de dónde metes la pata. Empieza a recortar las calorías vacías (sin vitaminas y minerales), es decir la bollería industrial, los precocinados… que además engordan muchísimo.
- Dile adiós a los postres más calóricos (tartas, pasteles, bombones helados, natillas…). La mejor opción es siempre una pieza de fruta o bien un lácteo desnatado.
- Si te asalta el hambre, bebe primero un gran vaso de agua. Si esto sólo no es suficiente recurre a una crudité (pepinillos en vinagre, cebollitas, zanahorias…). Aplacarás el gusanillo y llegarás a la comida sin problemas.
- No dejes de hacer 5 comidas diarias: las tres principales y dos piscolabis (a media mañana y a media tarde). Tu organismo quema calorías mejor poco a poco, que con una comida copiosa.
- Aprovecha a ponerte morena en la playa mientras juegas a las palas o te recorres las calas, de punta a punta, varias veces. Matarás dos pájaros de un tiro: lucirás un bronceado envidiable y quemarás calorías.
- Juega en el agua, haz competiciones, tanto en el mar como en la piscina. De ese modo estarás quemando calorías.
- Ocúpate de los cuidados del jardín, cortar el cesped, sembrar, podar, cavar… también restan muchas calorías.
- Busca siempre un quitahambres light. Seguro que lo encuentras. En verano recurre a la sandía o el melón, te refrescan mucho y no engordan casi nada.
- Procura cenar antes de las 9, de ese modo harás la digestión antes de ir a la cama, el organismo se depurará y quemará más energía.
- Apúntate a bailes de salón, sevillanas… si bailas música disco quemarás 450 calorías a la hora, si bailas música lenta o melódica, 200 calorías en el mismo tiempo. No está nada mal.
- Retira la grasa de los alimentos y desgrasa guisos y caldos. Elimina la piel de las aves, el blanco de la carne y del jamón, retira con la espumadera la capa de grasa que flota en la superficie de sopas y guisos, cuando se enfrían.
- No compres alimentos prohibidos o muy calóricos, de ese modo no cairás en la tentación. Haz una lita negra e intenta respetarla cuando haces la compra. Nada de chocolates, snacks, bollos…
- Toma sólo frutos secos de cuando en cuando, y siempre con raciones moderadas, porque son muy energéticos. ¿Sabías que 100 gramos de almendras te aportan la friolera de 600 calorías?
- Depúrate, cada cierto tiempo. Haz una dieta desintoxicante. Prueba a estar un día a la semana, sólo a fruta y verdura. También puedes optar por los sustitutos de comidas (barritas de chocolate, de venta en farmacias).
- Comprueba tu peso una vez por semana. No se trata de que te obsesiones con la báscula, pero tampoco es bueno que evites comprobar la realidad. Para evitar ganar kilos es bueno pesarse una vez cada 7 días.
- No vayas a comprar con hambre. Ves siempre con la lista hecha en casa y toma antes de ir una pieza de fruta y un gran vaso de agua o un lácteo desnatado. Después, no te salgas de la lista lo más mínimo. Disciplina y más disciplina.
- Lávate los dientes después de cada comida, de ese modo, aunque te hagan alguna tentación, no caerás en ella. Ni un bombón, ni una pastita, ni un pastel… Además, evitarás que se forme la terrible placa dental.
- No prescindas del desayuno, debe ser una de las comidas más importantes del día. Olvídate del triste café con leche, porque te obligará a asaltar el frigorífico a media mañana o a sucumbir ante un bocadillo de tortilla, en la cafetería de la esquina.
- No tomes fritos, ni rebozados, ni hojaldres… emplea las técnicas más light (al vapor, al horno, cocción sin la adicción de aceite…). Si alguna vez recurres a los fritos, escurre los alimentos en el escurreverduras o disponlos sobre papel absorbente.
- No digas que el próximo lunes te pones a dieta. Si ya estás decidida no esperes ni un día más. Basta ya de excusas, cuanto antes mejor. De ese modo comprobarás antes los resultados.
- No pases por las pastelerías, si no puedes resistir su olor o ver su escaparate. Si no queda más remedio cambia de acera o da un rodeo a la manzana. Recuerda que la carne es debil.
- Bebe un mínimo de 2 litros de agua diarios y descarta las bebidas carbónicas con azúcar e incluso las light, que te hinchan como un globo. La coca-cola, por ejemplo, aunque sea light, impide la buena absorción del calcio.
- No le confieses a nadie que estás a dieta, mucha gente siente un placer especial en boicotear tus propósitos y te propondrá quedar a comer o cenar, una segunda ración, sólo para hacerte caer en la tentación. ¿El motivo? Suele ser porque ellos no son capaces de ponerse a dieta.
- Pon tu foto con 10 kilos menos en la puerta de la nevera. De ese modo, cada vez que abras la puerta, abandonarás tu propósito. Es un buen truco.
- Utiliza las baterías especiales para cocinar sin agua y sin grasa. Podrás preparar deliciosas recetas, con la mínima adicción de grasa. De ese modo los platos resultarán muy ligeros y te engordarán muchísimo menos.