- En el marco del Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos, que se celebra el 18 de noviembre
Este 2023, el Ministerio de Sanidad confirmó problemas en el suministro de algunos medicamentos, entre los cuales había ciertos antibióticos (especialmente, de dosificación pediátrica). Los antibióticos son medicamentos relevantes, necesarios para seguir correctamente los tratamientos prescritos contra infecciones bacterianas.
En este sentido, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha seguido muy de cerca la situación de los laboratorios, para conocer de primera mano el estado de sus stocks, con el objetivo de poder asegurar su suministro. Por su parte, las farmacias procuran que estos medicamentos estén accesibles siempre que se necesiten.
Pero, a día de hoy, este no es el único problema en relación a los antibióticos. El reto más preocupante (quizás menos visible, pero que va cociéndose a fuego lento) radica en la aparición de resistencias bacterianas. Es decir: los antibióticos van perdiendo efectividad frente a las bacterias resistentes. La AEMPS y el Gobierno de España han puesto en marcha varias campañas para concienciar sobre su uso y evitar su abuso, como medida fundamental para minimizar estas resistencias.
En este contexto, la AEMPS y el Gobierno de España han puesto en marcha iniciativas para visibilizar el error común de usar los antibióticos para tratar infecciones de origen vírico como la gripe. Y es que el mal uso de estos fármacos está conduciendo al desarrollo de bacterias más resistentes y, por tanto, difíciles de combatir.
En el marco de la celebración del Día Europeo del Uso Prudente de los Antibióticos, Mar Santamaria, responsable de Atención Farmacéutica de PromoFarma by DocMorris, la parafarmacia online de referencia en el ámbito de la salud, la belleza y el cuidado personal, comparte 7 puntos clave que se deben conocer para contribuir a la eficacia de los antibióticos y garantizar que en el momento que los necesitemos… ¡verdaderamente funcionen!:
1. Los antibióticos salvan vidas: ¡cuidemos bien de ellos!
La gran mayoría de los medicamentos nos ayudan a paliar síntomas y a vivir mejor (que no es poco), pero solo algunos pocos son “realmente” curativos. Es decir, resuelven el problema de salud atacando directamente su causa.
Es el caso de los antibióticos. Curan las infecciones bacterianas porque van directos a la base del problema: destruyen o paralizan el crecimiento de las bacterias patógenas causantes de infección. Son, por tanto, un preciado arsenal terapéutico. Como tal, también debemos cuidar de él para que esté disponible para quién lo necesite.
2. Los antibióticos SOLO son efectivos para infecciones bacterianas
Existen muchos tipos de infección distintas: por bacterias, por virus, por hongos… Y los antibióticos solo funcionan para tratar infecciones por bacterias (y determinados hongos). Debemos grabarnos a fuego que son las bacterias el blanco de estos medicamentos.
Los antibióticos no son efectivos en afecciones tan comunes como resfriados, gripe, o covid-19, por ejemplo, ya que, estas últimas son causadas por virus. En el contexto de una infección vírica el/la médico, por tanto, no nos prescribirá de entrada un antibiótico. Únicamente lo hará ante el riesgo de una sobreinfección bacteriana simultanea o posterior a la infección vírica. En resumen: antibióticos y virus “no hacen match”. Antibióticos y bacterias, sí.
3. Existen muchos tipos de antibióticos y hay que dar con el adecuado
Disponemos de distintos tipos de antibiótico en función del tipo de bacteria patógena que esté causando la infección. No todos los antibióticos son efectivos para todas las infecciones bacterianas, y, por ello, es muy importante acertar en utilizar el adecuado.
Los antibióticos se pueden clasificar de varias formas, según si tienen una acción muy específica frente a cepas bacterianas muy concretas, o si su efecto es más amplio (acción de amplio espectro). También se clasifican en función de su estructura química y su mecanismo de acción. Existen antibióticos “de varias generaciones”, según sean más antiguos o modernos.
4. Sólo debemos tomar antibiótico cuando nos lo prescribe un médico/a u odontólogo/a
Para empezar a tomar antibiótico, siempre necesitaremos una prescripción facultativa para adquirirlo, porque, si se usa cuando no toca o de manera errónea, damos pie a la aparición de las resistencias bacterianas, y esto, deriva en la pérdida de efectividad de los antibióticos.
Por otro lado, si dejamos de tomarlo antes, lo tomamos de manera inadecuada sin seguir la pauta prescrita, lo tomamos durante más tiempo del indicado o nos automedicamos, estamos contribuyendo a acabar con la utilidad de los antibióticos.
5. ¡Utilizar mal los antibióticos contribuye a que nos estemos quedando sin ellos!
El mal uso de los antibióticos está contribuyendo a que las personas seamos cada vez más débiles ante bacterias más resistentes. Algunas bacterias llegan a ser invencibles (multirresistentes). Encuentran su comodidad frente al antibiótico, se reproducen a una velocidad imparable, se burlan del medicamento, y consiguen que toda su descendencia también sea resistente.
A través del mal uso y abuso en la utilización de antibióticos, estamos contribuyendo a que estas bacterias resistentes se hagan más fuertes y se propaguen más. Es un proceso, puramente, de selección natural. Las bacterias sensibles al antibiótico mueren. Pero, las resistentes que han mutado espontáneamente y tienen alguna ventaja para burlar la acción del antibiótico… Estas serán las que siguen adelante y den lugar a una prole resistente. A más mutaciones, mejor para ellas: aparecen lo que conocemos como bacterias multirresistentes, muy temidas a nivel hospitalario, porque no existe antibiótico capaz de combatirlas.
6. Podemos contribuir a mejorar esta situación haciendo un buen uso de los antibióticos: a pequeña y a gran escala
A nivel individual, para no contribuir a la aparición de cepas resistentes a los antibióticos que tenemos, solo debemos usarlos cuando nos los prescriben y seguir las indicaciones del tratamiento al pie de la letra. Nada de automedicarse, ni de pedir que nos los dispensen por un simple resfriado (que es una infección vírica).
A nivel colectivo, las estrategias “one health” también son muy necesarias. No estamos solos, convivimos con otras especies y debemos cuidar de nuestro entorno. Los antibióticos también tienen cabida en ganadería y a nivel veterinario, entre otros, por lo que también es indispensable hacer un buen uso de ellos a gran escala.
7. Hay que seguir apoyando la investigación en antibióticos
Finalmente, hay que dotar de recursos para la investigación en nuevos antibióticos y en protocolos mejorados sobre su utilización efectiva. No es tarea nada fácil, a nivel de I+D+l avanzar con estas investigaciones y llegar a sintetizar nuevos antibióticos que resulten eficaces. Pero, es que, además, cuidado. Que de nada sirve encontrar nuevos antibióticos, modernos e infalibles, si luego los usamos mal entre todos. En dos días, ya habrán aparecido bacterias resistentes a ellos. Por este motivo, la mejor manera de preservar la salud comunitaria es tomar conciencia de las consecuencias de un mal uso de los antibióticos y actuar con responsabilidad.
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