C20H30O. Probablemente, si escribimos esta fórmula pocos sepan a qué nos estamos refiriendo. Pero si la traducimos al lenguaje común, descubriremos que se trata de uno de los compuestos químicos más importantes para el funcionamiento de nuestro organismo: la vitamina A.
¿Qué es la vitamina A?
Atendiendo a su fórmula químico – orgánica, la vitamina A es un compuesto de 20 moléculas de carbono, 30 de hidrógeno y una de oxígeno. Pero más allá de esta descripción, nos interesa saber qué características tiene y por qué es tan importante para nosotros.
La vitamina A es una vitamina liposoluble que se almacena en el hígado. Esto significa que nuestro organismo la adquiere a través de la comida. En nuestra alimentación hay dos tipos diferentes de vitamina A.
- La vitamina A preformada: la encontramos en productos de origen animal, como la carne de vaca, el pescado, la carne de ave y los productos lácteos.
- Los precursores de la vitamina A: se les conoce también como provitamina A, y se encuentran en alimentos de origen vegetal, como frutas y verduras. ¿Quién no ha escuchado de su madre alguna vez insistir en lo buena que es la zanahoria? El tipo más común de provitamina A es el betacaroteno, del que la zanahoria es su máximo exponente.
Beneficios de la vitamina A para la piel
La vitamina A es esencial para múltiples funciones vitales: por ejemplo, ayuda a mantener en buen estado la vista, el sistema inmunitario y la capacidad de reproducción. Además, nos aporta beneficios para órganos vitales, como el corazón, los pulmones y los riñones. Por si fuera poco, ayuda al desarrollo de los huesos, los dientes o los tejidos blandos.
Pero, además, la vitamina A es muy beneficiosa para nuestro órgano de mayor tamaño: la piel. Con alrededor de dos metros cuadrados de superficie y cuatro o cinco kilos de peso, en torno al 6% del peso total de un adulto, la piel es nuestra primera barrera de protección frente a las amenazas del exterior (patógenos, frío, calor).
La vitamina A se sintetiza a partir de unas moléculas precursoras, llamadas carotenos, y otras que se derivan de ella, como el retinol y el ácido retinoico. De esta forma, la vitamina A, los carotenos y los demás derivados tienen unas propiedades muy beneficiosas para nuestra piel. ¿Qué beneficios tiene la vitamina A para nuestra piel?:
- Son antiarrugas, generando un efecto visible sobre las arrugas y el envejecimiento de la piel, gracias a los retinoides.
- Aportan firmeza gracias al ácido retinoico, que es la forma activa del retinol en la piel. Por el contrario, el déficit de vitamina A puede producir piel seca o cabello seco.
- Dan pigmentación: la vitamina A mantiene la piel sana y ayuda al bronceado natural al favorecer el desarrollo de pigmentos en la piel.
- Es antiacneica: de hecho, los fármacos derivados del ácido retinoico tienen un gran efecto sobre el quístico o severo, ya que en su forma original interviene en la regulación del sebo.
- Es antioxidante, protegiendo al organismo frente a la enfermedad y el envejecimiento, e impidiendo la acción de los “radicales libres”, compuestos que lesionan las células cutáneas.
- Ayudan a la cicatrización, al regular el metabolismo de la regeneración celular de la capa córnea.
Alimentos ricos en vitamina A
La vitamina A está presente de forma natural en muchos alimentos. Aquí van algunas fuentes de vitamina A, a modo de ejemplo. Zanahorias, batatas, lechugas, mangos, leche entera, melón, tomates, espinacas, carne de vaca, carne de ave, salmón, brécol o el calabacín son algunos de los más habituales en nuestra dieta.
Otras formas de tomar vitamina A
A pesar de esto, hay personas que sufren carencias severas de vitamina A en su dieta. Hay que tener en cuenta que el déficit de vitamina A se relaciona con la desnutrición, y puede tener efectos graves para la salud causando sequedad en la córnea, hemeralopía (disminución de la visión en espacios con poca luz), piel seca, alteración en el proceso de espermatogénesis y descenso de la resistencia frente a las infecciones.
Para ellos, existe la forma de suplementar su dieta con productos ricos en este compuesto. Una de las más habituales es el aceite de hígado de bacalao, conocido por su altísimo nivel de vitamina A, como puedes leer en este enlace.
Con una cucharadita de postre estarás tomando el 31% de la cantidad diaria de referencia, además de aportar vitamina D, vitamina E y otros ácidos grasos.