Nunca me gustó demasiado Inglaterra. Siempre pensé (ignorante de mí) que se trataría de una tierra casi yerma y plagada de estirados ingleses bebedores compulsivos de té, que no tendrían nada más que ofrecerme que un par de viejos monumentos testigos de un ilustre pasado, que en la actualidad harían las delicias de una apolillada aristocracia vestigio de unos tiempos que nada tenían que ver con el ahora. Pues bien, no podía haber estado más equivocada. En el año 2012 el azar me llevó a Oxford, y no me quedó más remedio que enamorarme de la ciudad.
Mi viaje comenzó una mañana de marzo, llegando a unas horas indecentes a un nublado, pero sin lluvia, Londres. Tras unas visitas fugaces y casi enlatadas a los monumentos más destacados de la cosmopolita ciudad inglesa, las cuales tengo pensado relatar en otro post, tomé un bus a Oxford, aquella ciudad que gira en torno a una de las universidades más prestigiosas del planeta. Desde mi pequeña ventana, vi como el gris se disipaba poco a poco, para dejar paso a un verde que lo inundaba todo a mi alrededor, un verde difícil de olvidar.
Mi primer día en la ciudad fue también un shock. La primera actividad planteada para mi viaje consistía básicamente en un tour a pie y con un correctísimo guía inglés, por el centro de la ciudad. Pero antes pudimos dar un paseo por Cornmarket Street, que está llena de tiendas, y tuvimos la oportunidad de tomar algunas fotos. La tercera foto del collage, puede parecer un tanto extraña, pero en realidad es muy interesante. Se trata del lugar en el que se cree que Bloody Mary sentenció a los ahora santos religiosos por no compartir sus ideas, lugar que ha sido conservado tal y como estaba por aquel entonces, quedando así, como una especie de cruz en medio de la calle.
Con nuestro guía visitamos la parte antigua de la ciudad, donde se encuentran los edificios de uso común de la universidad. Allí es donde los estudiantes se gradúan, lugar que siempre sale en todas las películas en las que la bella ciudad es nombrada. También pudimos ver desde fuera lugares tan emblemáticos como la Trinity College o la hermosísima antigua biblioteca de la universidad, que ahora hace las veces de sala de lectura.
Si quieres saber más de este viaje, contado en primera persona por Ana… una joven estudiante de Turismo, entra en
La ciudad de Oxford: cómo enamorarte de Inglaterra, parte 1
Un interesante reportaje del blog Around The Wild
Por Ana Zamora