Una nueva investigación ha mostrado que las personas con síndrome metabólico son propensas a necesitar bastante más vitamina E que las personas sanas, lo cual podría ser un grave problema de salud pública, en vista de los millones de personas aquejadas por ese síndrome, a menudo vinculado a la obesidad.
NC&T, Enero 2017
Este estudio, realizado por el equipo de Maret Traber, de la Universidad Estatal de Oregón en la ciudad estadounidense de Corvallis, también ha dejado claro que las pruebas convencionales para medir los niveles de vitamina E en la sangre podrían tener una precisión limitada comparadas con aquellas hechas en los laboratorios de investigación, hasta el punto de que las primeras pueden estar en realidad enmascarando un problema subyacente.
La vitamina E, uno de los micronutrientes más difíciles de obtener a través de la dieta, es un antioxidante importante para la protección celular. También afecta a la expresión genética, interviene en la función inmunitaria, ayuda en la curación de heridas y a mitigar el daño de la aterosclerosis, es importante para la visión y la función neurológica, y en gran medida evita que la grasa se vuelva rancia.
En algunas naciones, un sector muy grande de la población presenta déficit de vitamina E. Por ejemplo, se estima que en Estados Unidos el 92 por ciento de los hombres y el 96 por ciento de las mujeres no consiguen una ingesta diaria adecuada de ella a través de su dieta. Está en niveles elevados en las almendras, en el germen de trigo, así como en varias semillas y aceites. En niveles mucho más bajos, también se encuentra en algunas verduras, como espinacas y col rizada.
La nueva investigación indica que las personas con síndrome metabólico necesitan de un 30 a un 50 por ciento más de vitamina E que aquellas que están sanas en general.
En una investigación anterior, Traber y sus colegas comprobaron que las personas con síndrome metabólico tienen una menor biodisponibilidad de vitamina E. El nuevo estudio demuestra claramente que esta gente necesita una mayor ingesta de esta vitamina.
En países como Estados Unidos, más del 30 por ciento de la gente es obesa, y más del 25 por ciento de los adultos cumplen los criterios que definen el síndrome metabólico, colocándoles en un riesgo bastante mayor de sufrir enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2, causas principales de muerte en el mundo desarrollado.