12 de septiembre: Día Europeo de Acción contra la Migraña

  • Un 42,5% de los pacientes con migraña sufren de discapacidad moderada o grave, según datos de la SEN
  • Más de 3,5 millones de personas padecen de migraña en España
  • La migraña supone un coste anual de 2.000 millones de euros por el absentismo y la pérdida de productividad laboral, lo que supone un coste estimado por paciente activo de 730 euros/año
  • El estrés (58,6%), la alteración del ritmo de sueño (35,1%), el ayuno prolongado (16,7%) y el consumo de alcohol (10,6%), principales desencadenantes
  • Recientemente se han identificado los cuatro genes que predisponen a sufrir cerca del 70% de los casos de migraña más común
  • Se ha generalizado el uso de la toxina botulínica para el tratamiento de la migraña crónica

Septiembre de 2012.- Hoy se celebra en toda Europa el Día de Acción contra la Migraña, una fecha que tiene como objetivo concienciar sobre una enfermedad que afecta a la calidad de vida de 3,5 millones de personas en España, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y que es mucho más que un simple dolor de cabeza. La migraña es una enfermedad con gran repercusión social y laboral y que puede presentar complicaciones en su evolución y manejo realmente serias.

Con una prevalencia del 12-13% que, en caso de las mujeres se eleva al 17-18%, afecta principalmente a personas de entre los 20 y 50 años. “Puesto que las crisis migrañosas son muy incapacitantes e imprevisibles, y suelen afectar a personas que se encuentran en el periodo de mayor productividad laboral, esta enfermedad supone un considerable impacto económico”, asegura el Dr. Samuel Díaz Insa, Coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la SEN. Tal es así que la Sociedad Española de Neurología estima que la migraña conlleva a la perdida de entre 8 y 16 días al año de trabajo (de media) por paciente, lo que supone un coste anual de 2.000 millones de euros, calculando los costes directos e indirectos del absentismo y de la perdida de la productividad laboral.

Pero además del impacto de la actividad laboral del paciente, es una enfermedad con un gran impacto en la calidad de vida de quien la sufre, afectando a las esferas sociales, personales y familiares: el 42,5% de los pacientes sufren discapacidad de moderada a grave. A pesar de ello, un 20-25% de las personas que padecen migraña nunca ha consultado su dolencia con el médico y un porcentaje aún mayor (un 50%) abandona el seguimiento tras las primeras consultas. Además, y según un estudio presentado en la última Reunión Anual de la SEN, un 14% de los pacientes ni siquiera llega a comprar los medicamentos que se les receta.

“Es muy importante diagnosticar los casos de migraña adecuadamente, no solo porque automedicarse o seguir un tratamiento inadecuado puede llevar a cronificar más el problema, sino porque varios estudios han relacionado la migraña con la depresión, con ansiedad o con un ligero aumento del riesgo cardiovascular”, explica el Dr. Samuel Díaz Insa. “Son estos casos los que necesariamente deben ser seguidos y valorados por un neurólogo”.

Por lo general, la migraña se manifiesta en un solo lado de la cabeza aunque posteriormente puede generalizarse a ambos lados, es pulsátil en el 85% de los episodios, y aumenta con la actividad física o el simple movimiento de cabeza. Casi el 90% de los pacientes experimentan náuseas y más de un 75% refieren durante las crisis una hipersensibilidad a los estímulos sensitivos que se expresa como fotofobia, sonofobia e intolerancia a estímulos olfatorios.

Predisposición genética

Aunque la predisposición a la migraña tiene un carácter genético, de hecho, recientemente, un equipo español ha identificado los cuatro genes que predisponen a sufrir cerca del 70% de los casos de migraña más común, son los factores ambientales los desencadenantes de las crisis y los que determinan la frecuencia. El estrés emocional es el desencadenante de crisis más frecuente, en un 58,6% de los casos, seguido de la alteración del ritmo de sueño (35,1%) o de factores dietéticos como ayuno prolongado (16,7%), consumo del alcohol (10,6%) o la determinada ingesta de alimentos (10,5%). En el caso de las mujeres, un 50,9% de las pacientes refieren la aparición de las crisis coincidiendo con el ciclo menstrual; además los anticonceptivos orales suelen ser un factor de agravación para la migraña.

“Conocer los factores precipitantes de los ataques de migraña y evitarlos, es el primer paso en el tratamiento. Así pues, intentar tener un ritmo regular de sueño, practicar ejercicio de forma habitual, mantener una alimentación equilibrada evitando aquellos alimentos que hayan podido desencadenar ataques en alguna ocasión y, sobre todo, huir del estrés, es fundamental”, comenta el Dr. Samuel Díaz Insa. “También es importante tener en cuenta que en la mayoría de los pacientes con migraña no existe un claro desencadenante en la alimentación, por lo que no es aconsejable prohibir largas listas de alimentos porque sí, ya que lo único que conseguiremos es una disminución en la calidad de vida de nuestros pacientes”.

Tratamiento, hay esperanza

Pero además, existe una amplia variedad de tratamientos verdaderamente útiles para atajar las crisis de migraña. “El principal avance fue el desarrollo de los triptanes, ya que fueron los primeros fármacos realmente selectivos para su tratamiento sintomático y ya se ha generalizado el uso de la toxina botulínica para el tratamiento de la migraña crónica” señala el Dr. Samuel Díaz Insa. “En todo caso hay que tener en cuenta que no todos los tratamientos funcionan de la misma manera en todos los pacientes. Ésta es otra razón por lo que es importante acudir a un especialista para su diagnóstico: la personalización terapéutica, identificando los tratamientos preventivos más adecuados y las medidas que se deben tomar ante la aparición de una crisis, es fundamental”.