Cómo conseguir una correcta higiene en la cocina…

…sin la ayuda de mamá

Despegarse del móvil y aprender unos correctos hábitos de higiene en la cocina es la asignatura pendiente de muchos jóvenes, sobre todo cuando dan el paso de independizarse

Hoy en día los jóvenes se topan con una serie de impedimentos de tipo económico que les obligan a retrasar la decisión de abandonar el hogar familiar e independizarse. Sin embargo, cuando finalmente dan el paso, se encuentran en un nuevo hogar donde deben empezar de cero con apenas experiencia y, con suerte, pondrán en práctica alguno de los hábitos asimilados a través de la observación en el hogar familiar.

El Instituto Silestone para la Higiene en la Cocina quiere aportar consejos para los jóvenes que estrenan independencia, con el fin de proporcionarles una orientación que les guíe en pasos clave como la distribución higiénica de su cocina o la correcta manipulación de alimentos. De este modo, adquirirán unas prácticas definitivas que, juntamente con lo interiorizado previamente, tendrán una influencia determinante en la salud de su futura familia y les convertirá en modelo de imitación.

El Instituto Silestone ha adaptado a los jóvenes su famoso Decálogo, que condensa los 10 puntos básicos a tener siempre en cuenta para garantizar que realizamos de forma higiénica el proceso que abarca desde la compra de alimentos y su almacenamiento, hasta el cocinado y el aprovechamiento de nuestros preparados.

Al tener que combinar muchas veces trabajo con estudios, los jóvenes suelen disponer de escaso tiempo para hacer la compra. Por ello, tienden a acudir al supermercado una sola vez a la semana para proveerse de alimentos en grandes cantidades. Seguir ciertos consejos puede ayudarlos a configurar unos correctos hábitos de compra y almacenamiento de alimentos.

  • Comprad los alimentos en establecimientos que os transmitan confianza y fijaos siempre en su etiqueta antes de comprarlos, tratando de comprar aquellos alimentos de caducidad más tardía.
  • No rompáis la cadena del frío. Dejad los alimentos congelados para el final de la compra y llevadla cuanto antes a casa.
  • Limpiad, envasad y etiquetad los alimentos que vayáis a congelar. Así los controlaréis mucho mejor.
  • Higienizad los alimentos no cocinados, ya que un alimento fresco no implica que tenga que estar limpio. Por ejemplo, si compráis pescado fresco, limpiadlo bien y tirad las partes no comestibles, como las vísceras, antes de guardarlo en la nevera.

Por otro lado, también sería recomendable que colocarais una superficie de apoyo cerca de la nevera para posar las bolsas de la compra al llegar a casa, antes de almacenar su contenido. Las bolsas pueden estar sucias y, de este modo, no se depositarán encima de la zona donde se manipulan los alimentos. Es importante que vaciéis las bolsas lo antes posible; ya habrá tiempo para poner música o tumbarse en el sofá.

Para economizar y ahorrar tiempo, es habitual cocinar ollas enteras de comida para unos días y congelar las elaboraciones. Será importante dejarse guiar por unas pautas adecuadas que garanticen unos correctos procesos de descongelación y que permitan reaprovechar las sobras garantizando la seguridad alimentaria.

  • Descongelad de forma controlada, es decir, siempre en el frigorífico y nunca a temperatura ambiente. Nunca volváis a congelar las sobras de aquello que hayáis descongelado previamente. Una cosa es aprovechar los preparados y, otra, fomentar innecesariamente los riesgos a sufrir toxiinfecciones.

También podréis prevenir las intoxicaciones alimentarias siguiendo consejos relativos a la manipulación de alimentos y al mantenimiento higiénico de la cocina. No olvidemos que las prisas y los hábitos incorrectos, como fumar en la cocina, pueden ser causa de contaminación alimentaria.

  • Limpiad a fondo la nevera, como mínimo, una vez al mes y tratad de mantenerla en buenas condiciones de higiene.
  • Utilizad la cocción para destruir los gérmenes y evitar las recontaminaciones de alimentos.
  • Limpiad o cambiad de utensilios cada vez que manipuléis alimentos distintos para evitar las contaminaciones cruzadas, es decir, el paso de microorganismos de un alimento a otro.
  • Lavaos bien las manos con agua y jabón cada vez que os distraigáis o realicéis una actividad diferente de la manipulación de alimentos, como fumar, poner el televisor o acariciar a vuestra mascota.
  • La inseparabilidad respecto al teléfono móvil puede llevaros a apoyarlo sobre la encimera mientras cocináis. Los mismo sucede con el portátil, muy útil para escuchar música. No olvidéis que ambos aparatos tecnológicos constituyen un foco de contaminación, ya que los tocamos con las manos sucias y los apoyamos sobre sitios diferentes. Es preferible, por tanto, no tenerlos en la cocina
  • Disponed y mantened los utensilios, las superficies y el mobiliario de la cocina en óptimas condiciones de higiene. Intentad limpiar la encimera con productos de limpieza antibacterianos.
  • Colocad el cubo de basura alejado del área de manipulación de alimentos y, a ser posible, cerradlo herméticamente. Los contenedores de plástico con compartimentos en el interior resultan muy prácticos y permiten colocar varias bolsas de basura para practicar el reciclaje.

Seguir estas claves puede ayudar a los jóvenes que abandonan el nido a construir un hogar desde cero con absoluta confianza, puesto que la cocina es el núcleo de los hogares actuales, alrededor del cual gira toda la vida familiar. En la cocina manipulamos alimentos, pero muchas veces también comemos, nos reunimos con amigos o vemos la televisión. Lograr una distribución higiénica de la cocina, seguir las pautas básicas que afectan a los alimentos que consumimos y mantener una actitud responsable con el medio ambiente influirá decisivamente en la calidad de vida de nuestra familia.