- El abordaje en manos de personas que, aun “con indudable intención de ayudar”, carecen de titulación supone un riesgo para la salud del paciente.
JANO.es, 14 Julio 2009
Confiar el tratamiento de la obesidad a personas que, “aún siendo profesionales de la salud, carecen del título de médico y, por lo tanto, de los conocimientos suficientes para diagnosticar, prescribir un tratamiento y hacer, con garantías, el seguimiento evolutivo del mismo, es un error potencialmente peligroso” para la salud del paciente, según ha reafirmado la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) a través de un comunicado presentado en el día de hoy.
Según reza el mismo, la enfermedad “debe ser evaluada y su tratamiento controlado por un médico de Familia, internista o endocrinólogo. Asimismo, la indicación de los diferentes tipos de terapias, la valoración de los posibles efectos secundarios y la supervisión global del tratamiento corresponde exclusivamente al facultativo médico”.
Y es que para esta sociedad, “banalizar el problema de la obesidad o intentar resolverlo con el empleo de alguna de estas medidas de forma aislada (fármacos, cirugía, balón intragástrico, etc.), como ocurre en algunos ámbitos fuera del marco médico habitual y como promocionan algunas campañas publicitarias, además de ineficaz, puede originar peligrosos efectos adversos”.
En este sentido, los procedimientos “que prometen, y a veces consiguen, resultados espectaculares y en breve plazo, suelen originar graves desequilibrios nutricionales o metabólicos y siempre propician una recuperación de peso posterior superior al peso perdido inicialmente”.
Por todo ello, y en opinión de la SEEDO, “no se puede poner en riesgo la salud tomando productos o fármacos prescritos por personas que, con indudable intención de ayudar, no poseen los conocimientos médicos necesarios y, por lo tanto, no están capacitados para manejar enfermedades tan complejas como son la obesidad y el sobrepeso”.