IBLNEWS, 30 de Noviembre de 2005
El consumo moderado de cerveza puede ayudar a prevenir algunos tipos de cáncer, fundamentalmente el de mama, según aseguraron hoy diversos especialistas en Oncología durante el II Simposio Internacional de la Cerveza celebrado en Madrid.
El doctor Norbert Frank, del ‘German Cancer Research’ de Heidelberg (Alemania) explicó que recientes trabajos científicos publicados confirman que el xanthohumol, uno de los flavonoides presentes en la cerveza, puede
ayudar a prevenir ciertos tipos de cáncer, ya que ejerce un papel antioxidante muy importante, incluso mayor que el de la vitamina E, al contar con la capacidad de inhibir una familia de enzimas que puede activar el proceso cancerígeno.
Según los trabajos realizados por este investigador alemán, el xanthohumol en concentraciones muy bajas evitaba las fases iniciales de carcinogénesis en las glándulas mamarias de ratones de laboratorio.
En este sentido, otro estudio realizado por la Universidad de Oporto, que valoraba el comportamiento de tres compuestos fenólicos (el galato de epigalocatequina del té, el resveratrol del vino tinto y el xanthohumol de la cerveza) en el control del crecimiento celular en el cáncer de mama, confirmaba que el xanthohumol encontrado en la cerveza fue el polifenol que más redujo las células cancerígenas en este tipo de cáncer, mostrando sus efectos más rápidamente en concentraciones más bajas.
Por su parte, la doctora Marina Pollán, del Servicio de Epidemiología del Cáncer del Centro Nacional de Epidemiología, afirmó que el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM), la asociación más importante en España en este ámbito, ha iniciado una investigación para valorar la relación entre el cáncer de mama y el consumo habitual de cerveza.
Este grupo parte de la hipótesis de que los flavonoides presentes en la cerveza poseen una capacidad antioxidante significativa, muy similar a la del vino, mosto o zumos de frutas, y destaca el hecho de que, por un lado, la cerveza es la bebida fermentada con menor contenido alcohólico (entre 4 y 5 grados) y, por otro, aporta a la dieta ácido fólico (4 microgramos por cada 100 ml).
Este estudio incluirá 1.000 casos diagnosticados en los centros participantes de GEICAM y 1.000 mujeres de la misma edad y área geográfica. Se tendrá en cuenta de forma diferenciada la relación con el tipo de bebida, con el estado pre y posmenopáusico, la presencia o ausencia de receptores hormonales, así como posibles interacciones con otros factores dietéticos.
Reducción del riesgo cardiovascular
En este foro, además, se presentaron nuevas evidencias que avalan el efecto positivo del consumo moderado de bebidas fermentadas sobre las enfermedades cardiovasculares, así como la influencia del silicio de la cerveza en la prevención de las enfermedades óseas.
En el apartado dedicado a valorar la influencia de la cerveza en la reducción del riesgo cardiovascular, el doctor Ramón Estruch, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona, comentó que el consumo moderado de bebidas fermentadas, como la cerveza y el vino, tienen efectos protectores sobre el sistema cardiovascular, por el alto poder antioxidante y antiinflamatorio de los polifenoles que contienen.
Sin embargo, no existen evidencias suficientes para saber si el efecto cardioprotector de estas bebidas se debe a su contenido en etanol o a sus componentes antioxidantes, especialmente polifenoles. Tampoco hay consenso sobre los efectos en el sistema cardiovascular de los diferentes tipos de bebidas alcohólicas (vino, cerveza y licores).
Por su parte, el doctor Jonathan J. Powell, del Departamento de Nutrición y Gastroenterología del King’s College de la Universidad de Londres, presentó las últimas evidencias que confirman que el silicio contenido en la cerveza puede tener un efecto positivo sobre la osteoporosis ya que este mineral, junto a los flavonoides y su bajo contenido alcohólico, favorece una mayor masa ósea.