Semana Mundial de la Vacunación, del 24 al 30 de abril
- Cada año cerca de 1,6 millones de personas mueren en el mundo por infecciones provocadas por la bacteria Streptococcus pneumoniae
- La bacteria ha desarrollado resistencia a muchos antibióticos empleados habitualmente para el tratamiento de la enfermedad, por lo que las estrategias de prevención son fundamentales para proteger a la población
- Los especialistas defienden que la vacuna antineumocócica conjugada trecevalente supone la principal medida preventiva frente a la enfermedad invasiva causada por neumococo, recomendando su empleo a partir de los 50 años y en aquellos adultos con patología de base
Madrid, 22 de abril de 2014.- A pesar de que la enfermedad neumocócica es una importante causa de muerte entre los adultos en todo el mundo, a día de hoy muchas personas desconocen su existencia y el riesgo potencial que tienen de padecerla. Cada año cerca de 1,6 millones de personas fallecen en el mundo a causa de alguna enfermedad relacionada con la bacteria Streptococcus pneumoniae1, cifra que supera en gran medida las muertes causadas por accidentes de tráfico2 o cáncer de pulmón3, y que convierte a la enfermedad neumocócica en la primera causa de muerte prevenible mediante vacunación en todo el mundo4.
La enfermedad neumocócica supone un importante problema de salud entre la población adulta. Más aún cuando en los últimos años, Streptococcus pneumoniae ha desarrollado resistencia a muchos antibióticos empleados habitualmente para el tratamiento de las infecciones causadas por esta bacteria. Por esta razón, los profesionales sanitarios remarcan la importancia de generalizar el uso de la vacuna antineumocócica conjugada trecevalente en los adultos a partir de los 50 años y en aquellos con patología de base.
Conscientes de esta necesidad, 16 Sociedades Científicas españolas defienden que la llegada de la primera vacuna conjugada autorizada para los adultos, la vacuna antineumocócica conjugada trecevalente (Prevenar 13®), supone una estrategia preventiva clave frente a la enfermedad neumocócica invasiva, y así lo han puesto de manifiesto en el primer ‘Documento de consenso sobre la vacunación antineumocócica en el adulto con patología de base’. “Las sociedades firmantes consideramos que se debe sistematizar la vacuna frente al neumococo entre los adultos con patologías de base y administrar, preferentemente, al menos una dosis de la vacuna antineumocócica conjugada trecevalente, pues ha demostrado inducir una respuesta inmunitaria más potente”, explica el doctor Juan José Picazo, jefe de Servicio de Microbiología Clínica del Hospital Clínico San Carlos y presidente de la Sociedad Española de Quimioterapia.
Los altos índices de mortalidad de la enfermedad neumocócica entre la población adulta están directamente relacionados con la edad, así como con la presencia de patologías subyacentes que hacen que el riesgo de infección sea mayor y su evolución peor. Este es el caso de las personas inmunodeprimidas, es decir, con enfermedades que han alterado su capacidad de producir una adecuada respuesta inmune frente a una infección, como los pacientes con VIH, cáncer, tumores hematológicos o enfermedad renal crónica entre otras; pero también las personas inmunocompetentes, pero con patologías o factores de riesgo asociados, como enfermedades crónicas respiratorias, hepáticas o cardiovasculares, diabetes, tabaquismo o alcoholismo. “Siempre pensamos que las personas con el sistema inmunitario deprimido, o sometidas a terapia inmunosupresora, se encuentran en una situación de alto riesgo, y efectivamente es así. Sin embargo, no podemos olvidar tampoco que las personas inmunocompetentes con dos o más factores de riesgo, como edad avanzada y diabetes, por ejemplo, tienen igualmente elevadas probabilidades de contraer la enfermedad”, concreta el doctor Picazo.
Pese a los grandes beneficios de las estrategias preventivas mediante vacunación, los especialistas señalan que los falsos mitos preestablecidos sobre las vacunas dificultan en gran medida la labor de concienciación entre la población. “El hecho de que la sociedad general identifique exclusivamente las vacunas con la edad pediátrica establece una barrera que los médicos de Atención Primaria tenemos que romper. En los adultos hay vacunas fundamentales como la del neumococo, la del tétanos o la de la gripe, que reducen de forma importante la morbimortalidad por estas infecciones y sin embargo todavía queda mucho para lograr altas tasas vacunales entre nuestra población adulta”, declara la doctora Esther Redondo, coordinadora nacional del Grupo de Trabajo de Actividades Preventivas de SEMERGEN.
En esta línea, la especialista también reconoce que el miedo a las vacunas también se hace presente a medida que avanzamos en edad: “pero los pacientes deben ser conscientes de que la aprobación de una vacuna requiere unos estrictos controles previos a su protocolización para ser aplicada en humanos y que estos protocolos son todavía más severos y más estrictos que los que se exigen a cualquier otro medicamento. Además, los efectos secundarios adversos en una vacuna son extraordinariamente raros. Frente a esto, lo que sí es un verdadero peligro es un brote infeccioso que podría ser perfectamente controlado de forma fácil y segura mediante vacunación”, indica la doctora. Por esta razón, insiste en la necesidad de sumar fuerzas entre la Administración, la comunidad sanitaria y los medios de comunicación para transmitir el mensaje de que “las vacunas son seguras y efectivas, salvan vidas y son una medida costo-efectiva extraordinaria desde el punto de vista de salud pública”, puntualiza la doctora Redondo.
Del mismo modo, la doctora Cristina Méndez, Medical Lead del Área de Vacunas de Pfizer, enfatiza la importancia de iniciativas como la Semana Mundial de la Vacunación (24-30 de abril), la Semana Europea de la Vacunación (22-26 de abril) o el Día Mundial de la Meningitis (24 de abril), para informar a la sociedad de los principales beneficios de la vacunación: “este tipo de campañas son fundamentales para mejorar el conocimiento de la sociedad y llaman la atención sobre una herramienta básica de protección de la población frente a enfermedades con un importante coste social, económico y sanitario”.
Impacto socioeconómico de la enfermedad neumocócica
La enfermedad neumocócica constituye una causa importante de morbilidad y mortalidad, lo que da lugar a una elevada carga, en términos de salud y económicos, tanto para el paciente como para la sociedad. Especialmente si tenemos en cuenta que cualquier episodio de enfermedad neumocócica puede desembocar en una hospitalización prolongada y en una importante utilización y gasto de los servicios de salud.
Tipos de enfermedad neumocócica
El término enfermedad neumocócica es un término que se emplea para describir un grupo de enfermedades causadas por la bacteria Streptococcus pneumoniae. Esta bacteria se encuentra frecuentemente en la nasofaringe, especialmente en niños pequeños, y desde ahí puede propagarse a otras personas. Su infección causa un abanico de enfermedades que se clasifican en ‘enfermedad neumocócica no invasiva’ y ‘enfermedad neumocócica invasiva’.
La enfermedad neumocócica no invasiva agrupa las manifestaciones más comunes de este tipo de infección, como la neumonía, la sinusitis y la otitis media aguda. Por su parte, se conoce como enfermedad neumocócica invasiva a la producida por la bacteria cuando invade partes del organismo habitualmente estériles, como la sangre o el líquido cefalorraquídeo, y puede manifestarse como neumonía bacteriémica, bacteriemia sin foco, sepsis y meningitis. Aunque la enfermedad invasiva es menos frecuente, es generalmente más grave y comporta complicaciones mucho más serias.
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