Un mayor consumo en verano de leche de frutas; de atún en conserva y tomate, marisco, o carne no fresca (conservada durante más de 48 horas en el frigorífico), facilitan la ingesta de cantidades altas de histamina, una molécula que aumenta el riesgo de padecer ataques de migraña. Según un estudio realizado por la catedrática en Nutrición y Bromatología de la Universidad de Barcelona Carmen Vidal, el 95 por ciento de los migrañosos estudiados han demostrado tener un déficit de dicha enzima
Medicos y pacientes, 9 de julio de 2010
Un mayor consumo en verano de leche fresca por las mañanas, de frutas como la fresa o la naranja en el postre; de atún en conserva y tomate como ingredientes en las ensaladas, de marisco, o de carne no fresca (conservada durante más de 48 horas en el frigorífico), facilitan la ingesta de cantidades altas de histamina, una molécula que aumenta el riesgo de padecer ataques de migraña, según afirman los especialistas de DR Healthcare.
La histamina está presente en todos los alimentos de la dieta cotidiana y el cuerpo la metaboliza a través de la enzima diaminooxidasa (DAO). De hecho, según un estudio realizado por la catedrática en Nutrición y Bromatología de la Universidad de Barcelona Carmen Vidal, el 95 por ciento de los migrañosos estudiados han demostrado tener un déficit de dicha enzima, lo que provoca una acumulación de histamina en el cuerpo que contribuye a desencadenar más ataques de migraña.
En este sentido, los expertos reconocen que es difícil establecer una lista de alimentos intolerables para los pacientes de migraña de forma genérica. Aún así, existen algunos alimentos desencadenantes de migraña por su alto contenido en histamina y que, por tanto, «deberían evitarse por parte de aquellos pacientes cuyo origen de su migraña sea alimentario», tal y como recomienda el laboratorio DR Healthcare.
Es el caso de los alimentos poco frescos, productos vegetales fermentados, el marisco, el pescado azul; algunos cárnicos crudos curados, como el chorizo, el salchichón o la sobrasada; la leche de vaca, mantequillas, los quesos madurados, como el manchego, el gruyère o el roquefort, la clara de huevo o la naranja.
«No todos estos alimentos contienen mucha histamina, sino que algunos de ellos, sin ser histamínicos, provocan la liberación endógena de esta sustancia, pues la histamina también está presente en el interior de nuestras células», explican. Este es el caso, por ejemplo, de la leche de vaca o la naranja.
A este respecto, los especialistas coinciden en que también conviene limitar el consumo de vino, cava o de bebidas destiladas, pues además de contener mucha histamina, el alcohol inhibe la acción de la enzima DAO antes descrita.