El consumo de lácteos más hábitos de vida saludables reducen el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares

Medicosypacientes.com, 27 de julio 2009

Según constatan expertos, la grasa de la leche tiene una composición muy diferente a otras fuentes de grasas naturales. Tiene un 60 por ciento de ácidos saturados que no afectan al colesterol plasmático y es la única que contiene concentraciones sustanciales de ácidos grasos de cadena corta y media que son empleados como fuente de energía rápida

Expertos han hecho, recientemente, énfasis en los aspectos positivos de la grasa de la leche además de insistir en la importancia de analizar el efecto biológico de los distintos ácidos grasos en relación con el riesgo de enfermedades coronarias. Así lo expresaron en una reunión del Comité de Nutrición y Salud de la Federación Internacional de Lechería sobre «Actualización científica sobre las grasas lácteas y las enfermedades cardiovasculares».

En opinión de la doctora Manuela Juárez, profesora de Investigación del CSIC: «la grasa de la leche tiene una composición muy diferente a otras fuentes de grasas naturales. Tiene un 60 por ciento de ácidos saturados que no afectan al colesterol plasmático y es la única que contiene concentraciones sustanciales de ácidos grasos de cadena corta y media que son empleados como fuente de energía rápida, por lo que tienen baja tendencia a acumularse en el tejido adiposo». En este sentido, no sólo el ácido oleico de los lácteos es efectivo para reducir el colesterol plasmático sino que otras propiedades de la leche poseen también esa capacidad.

Las evidencias sobre el consumo de leche y lácteos y la incidencia en enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer, fue otro de los temas de mayor interés abordados en el encuentro. Tras realizar varios estudios con un número elevado de individuos para analizar el conjunto de varias enfermedades que puedan aumentar el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular o diabetes, el meta-análisis realizado demuestra que a mayor consumo de leche y productos lácteos, se observa una reducción significativa de los factores de riesgo.

Los resultados fueron más positivos cuando se utilizaba leche baja en grasa, frente a leche entera o enriquecida en grasa. Asimismo, también influyen de manera positiva en la reducción de este tipo de enfermedades los hábitos de vida así como un mayor ejercicio físico.

Los expertos coincidieron en apuntar que, no obstante, es preciso tener en cuenta que los lácteos no se consumen de forma aislada, forman parte de una dieta global por lo que se consumen con otro tipo de alimentos que pueden contener compuestos que afecten a la salud.

Tras el análisis de los estudios realizados los expertos concluyeron que el consumo de lácteos sumado a unos hábitos de vida saludables reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

Todo aquel interesado también puede consultar la web, una página de referencia con información sobre los beneficios nutricionales de la leche y los lácteos dirigida tanto a médicos como a consumidores.