El yogurt pertenece a la clase de alimentos cuyo plazo de caducidad podría ser prolongado

El yogurt es uno de esos alimentos en los que, si se conserva en óptimas condiciones de refrigeración, se podría aumentar su tiempo de consumo sin perder por ello niveles de seguridad alimentaria. Así lo cree la profesora de Nutrición y Bromatología de la Universidad CEU San Pablo (España), Esther Carrera.

NC&T, Enero 2013.

El yogurt, en efecto, pertenece al grupo de productos alimenticios respecto de los que se podría plantear un aumento en su plazo de caducidad. La condición que lo permitiría es la de su “estabilidad microbiológica”. En los alimentos que ostentan esta cualidad en alto grado se puede pensar en una ampliación de los días aptos para el consumo sin que se vea comprometido su nivel de seguridad alimentaria, explica Carrera.

En todo caso, como matiza esta profesora, cualquier prolongación de la fecha de caducidad debería ir precedida de la seguridad de que dicha ampliación no afecte negativamente a la “inocuidad o a la calidad” del alimento.

En este sentido, Carrera recuerda que la legislación comunitaria (Reglamento 1169/2011) establece, en el caso de alimentos microbiológicamente muy perecederos, como el pescado o la carne crudos, una equiparación entre la fecha de duración mínima y la fecha de caducidad, “considerándose alimentos no seguros aquellos que vean superada su fecha de caducidad”.

Actualmente, con la excepción de ciertos alimentos como los huevos, la responsabilidad de fijar las fechas de caducidad y de consumo preferente recae en los productores. Son estos, como expone Carrera, los encargados de hacer los “estudios de experimentales de vida útil teniendo en cuenta criterios de seguridad y calidad alimentaria, con el fin de ofrecer al consumidor alimentos que mantengan sus propiedades de inocuidad y calidad siempre y cuando se consuman dentro de la fecha de duración establecida y se hayan conservado en las condiciones que recomienda el fabricante”.

Fuente: CEU U. San Pablo