El consumo de cerveza y licores, pero no de vino, se asocia con un mayor riesgo de hipertensión

  • La dieta mediterránea podría tener un efecto beneficioso sobre los niveles medios de presión arterial.

JANO.es, 22 Diciembre 2008

El consumo en exceso de alcohol se ha asociado directamente con riesgo de hipertensión. Una relación que resulta más patente en el caso de la cerveza y los licores, pero no así del vino, tal y como ha reafirmado la investigación llevada a cabo en la Universidad de Navarra y que forma parte del estudio SUN (Seguimiento Universidad de Navarra) del mismo centro.

El trabajo analiza por primera vez no sólo la cantidad de alcohol sino el tipo de bebida relacionada con la hipertensión arterial en una población mediterránea. Como explica su autor, el Dr. Jorge Núñez, “respecto al vino tinto, se observó una relación inversa entre el consumo y el riesgo de hipertensión, aunque no fue estadísticamente significativa”.

El hallazgo, que pertenece a su tesis doctoral realizada en el departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Facultad de Medicina, es producto del seguimiento a 9.408 hombres y mujeres. Asimismo, se analizó la adherencia de los voluntarios a un patrón de dieta mediterránea. En palabras del Dr. Núñez, “durante seis años de seguimiento de este grupo de participantes identificamos 501 casos de hipertensión arterial. Y los resultados señalan que la dieta mediterránea no se asocia con el riesgo de hipertensión, aunque sí podría tener un efecto beneficioso sobre los niveles medios de presión arterial”.

Por otra parte, los resultados del proyecto llevado a cabo en la Universidad de Navarra ponen de manifiesto que el consumo de frutas y verduras disminuye el riesgo de hipertensión. “Estos efectos beneficiosos fueron más evidentes en aquellas personas que tomaban menos aceite de oliva, como sucede en países no mediterráneos, donde este descubrimiento podría tenerse en cuenta en sus políticas nutricionales”, concluyó el Dr. Núñez.

Las conclusiones del estudio se han publicado en American Journal of Epidemiology, la cuarta revista de investigación epidemiológica con mayor índice de impacto del mundo.