Más de medio millón de mujeres andaluzas entre 45 y 55 años pueden padecer alteraciones del climaterio

El porcentaje de mujeres en la etapa de climaterio supera ya en las consultas médicas a las embarazadas por el envejecimiento de la población y el descenso de la natalidad

Más de 150 médicos especialistas en Ginecología y Obstetricia de toda España se reunieron en Sevilla los días 19 y 20 de marzo para debatir sobre los últimos avances en el estudio y tratamiento del climaterio, en el marco del Simposio Esteve en Salud de la mujer: Controversias y dudas en el climaterio, la época de transición femenina que comprende el antes y el después de la menopausia. Durante el encuentro, se ha revisado la sintomatología climatérica más frecuente así como aspectos relacionados con la calidad de vida y nutrición de las mujeres en la etapa del climaterio o los tratamientos alternativos existentes.

Según el Dr. Rafael Sánchez Borrego, director médico de DIATROS y Presidente electo de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), “el objetivo de los organizadores es el de ofrecer herramientas prácticas a todos los profesionales cuyo trato con la mujer sea diario y confrontar las diferentes controversias que, en este caso, alrededor de la etapa menopáusica a día de hoy aún existen”. Por su lado, el Prof. Josep Maria Lailla, Vicepresidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia y Catedrático de la Universidad de Barcelona, ha señalado que estos encuentros “permiten la formación continuada y la actualización de conocimientos para los ginecólogos españoles”.

Dos tipos de síntomas

El climaterio es una etapa que suele darse entre los 45 a los 55 años en la que se encuentran más de 3,5 millones de mujeres en toda España, de las que 550.000 son andaluzas (fuente INE). Durante esta etapa las mujeres pueden sufrir ciertas alteraciones y una sintomatología muy característica. En este sentido, el Prof. Lailla apunta que “hay dos tipos de síntomas durante el climaterio: los precoces como trastornos menstruales, sofocos, insomnio, cambio de carácter o disminución de la libido; y los síntomas tardíos como enfermedades cardiovasculares o la osteoporosis”. En este sentido, añade que el aumento en la esperanza de vida entre las mujeres ha provocado que esta patología tardía adquiera cada vez mayor importancia y que su prevención se inicie ya en el climaterio cercano a la menopausia.

Por su parte, el Dr. Sánchez Borrego considera que “aunque el porcentaje de mujeres en etapa de climaterio supera ya en las consultas médicas a las embarazadas, queda aún mucho camino por recorrer en cuanto a divulgación de medidas preventivas. Todos los agentes involucrados (médicos, administraciones y pacientes), se centran demasiado en la menopausia y los síntomas a corto plazo, cuando lo realmente importante es no obviar las consecuencias más graves como las patologías cardiovasculares o la osteoporosis”. De hecho, el Dr. Sánchez Borrego añade que la osteoporosis es la epidemia silenciosa del siglo XXI, ya que no se le presta demasiada atención y sus riesgos para la calidad de vida de las mujeres es muy elevado.

Tratamiento personalizado

Según los miembros del comité científico del simposio, la atención personalizada es fundamental para el correcto tratamiento de los síntomas y trastornos del climaterio. Según el Prof. Lailla, “no hay programas generalizados para todas las mujeres. Hay que analizar cada caso de manera individualizada y buscar el mejor método de tratamiento. Hacer lo contrario implica el desprestigio de los tratamientos que realmente funcionan cuando están bien indicados y estudiados”. A esta afirmación se une el Dr. Sánchez Borrego quien, además, añade que “los tratamientos más frecuentes son las terapias hormonales sustitutivas, para compensar la falta de estrógenos durante la menopausia, o los suplementos vitamínicos, como el calcio o la vitamina D para prevenir o mejorar los síntomas de la osteoporosis”.

Por otro lado, una vez se hayan identificado las amenazas provocadas por el envejecimiento en la mujer, el especialista tiene que elaborar una estrategia personalizada en la que destacan “el incentivar la adopción de hábitos saludables (dieta equilibrada, ejercicio, evitar hábitos tóxicos) y la correcta prescripción terapéutica”, indica el Prof. Lailla.