Azafrán contra la depresión

Repsol.com, 1 de Abril de 2009

Es la especia más cara del mundo. Sus efímeras flores apenas sobreviven tres días y se necesitan unas 160.000 para tostar un kilo de este apreciado condimento. Ahora, diversos estudios han demostrado que ayuda a tratar las alteraciones del estado de ánimo.

Los orígenes de esta planta la ubican en Oriente, hace más de dos milenios. Existen tablillas cerámicas con más de 5.000 años de antigüedad, en las que los sumerios (Mesopotamia) redactaron listas de condimentos entre los que ya aparecía el azafrán. En el antiguo Egipto se empleaba como esencia aromática y en Grecia como remedio para conciliar el sueño. Los árabes, que introdujeron su cultivo en España entre los siglos VIII y IX, lo utilizaban como medicina por sus propiedades anestésicas y antiespasmódicas.

El azafrán es una especia que se emplea asiduamente para dar color y sabor en numerosos platos de la cocina mediterránea. La parte que se recolecta de la planta es la flor, porque es ahí donde se encuentran los tres estigmas que, una vez elaborados, se convierten en azafrán. A lo largo de la historia se ha venido empleando como condimento en la cocina, pero sus propiedades curativas y calmantes le han hecho merecer un hueco en la medicina natural.

Oro rojo

Sabor amargo, fragancia intensa y un particular color amarillo dorado son las principales características que lo definen. Así, su sabor se debe a una sustancia llamada picrocrocina; su peculiar aroma procede de otra sustancia denominada safranal; y su color se debe a los pigmentos de tipo carotenoides que contiene.

Precisamente estos pigmentos están siendo objeto de estudio en los últimos años, ya que se plantea la posibilidad de que puedan ejercer una acción antitumoral. Según diversas investigaciones farmacológicas, tanto el azafrán como sus constituyentes activos han demostrado tener una actividad anticonvulsivante y antiinflamatoria.

El azafrán favorece la digestión, ya que sus principios amargos le confieren propiedades de tónico amargo y estomacal. Tan sólo una hebra de azafrán sirve para hacer una infusión digestiva y, si se deja macerar enaceite de oliva unos tres días y se aplica después con un ligero masaje, funciona también para aliviar el dolor de las articulaciones doloridas.

Tratamiento eficaz

En la actualidad, España e Irán son los principales productores de azafrán a nivel mundial y ha sido un grupo de científicos de la Universidad de Ciencias Médicas de Teherán el que ha establecido las conclusiones de diferentes investigaciones realizadas. Según éstas, el azafrán sería eficaz en el tratamiento de los síntomas de la depresión y la ansiedad; de hecho, se demostró que ayuda a reducir las alteraciones cíclicas del estado de ánimo (tristeza o euforia, melancolía, pérdida de ilusión por las cosas cotidianas, desasosiego, irritabilidad), los cambios de humor, la pérdida de apetito y alteraciones del sueño.

De acuerdo con estos resultados, publicados en la revista científica «Progreso en Neuropsicofarmacología & Psiquiatría Biológica», el principio activo del azafrán vendría a compararse con la fluoxetina, uno de los antidepresivos más utilizados en medicina y comercializado, entre otros, con el nombre de “Prozac”. Otros estudios compararon los efectos del azafrán con el uso de la imipramina, un fármaco que pertenece al grupo de medicamentos llamados antidepresivos tricíclicos y que se emplea para aliviar la depresión que a veces aparece con la ansiedad. También demostró su efectividad como terapia alternativa.

Por otra parte, un laboratorio ha conseguido sintetizar el primer elemento alimenticio a base de azafrán que, a partir de ahora, podrá adquirirse en las farmacias como un complemento nutricional, un producto con acción terapéutica que no necesitará receta médica para poder adquirirse.

En esta misma línea, varios investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha, del Campus de Albacete, han demostrado cómo la crocina, el safranal y la picrocrocina se muestran como inhibidores de células cancerígenas humanas. Sin embargo, al tratarse de unas observaciones llevadas a cabo en laboratorio, todavía queda por demostrar si el azafrán seguirá teniendo el mismo efecto saludable tras su consumo directo, teniendo en cuenta que hasta el momento tan sólo se añade como condimento en proporciones muy pequeñas.