Los niños que comen más pan padecen menos sobrepeso y están mejor alimentados

  • También registran mejores indicadores de riesgo cardiovascular.
  • Además, el riesgo de sufrir deficiencias y desequilibrios nutricionales desciende de un 50% a un 39,5%.
  • El consumo de pan no ha dejado de caer en España, hoy día consumimos menos de la mitad que en 1964.

20Minutos.es, Marzo 2010

Puede parecer una paradoja, sobre todo teniendo en cuenta la fama de calórico que tiene el pan en particular y los hidratos de carbono en general (que el pan no engorda es algo que muchos llevan años defendiendo), pero esa es la principal conclusión de un reciente estudio el que participaron 504 escolares de entre 8 y 13 años pertenecientes a diez centros educativos de A Coruña, Barcelona, Madrid, Sevilla y Valencia.

Para llevar a cabo este estudio, dirigido por la doctora Rosa M. Ortega, Catedrática de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid, los niños fueron divididos en dos grupos según su consumo diario de pan (más y menos de 80 gramos al día), para después analizar los efectos que tendría en todos ellos el consumo de otras dos raciones diarias más.

En el trabajo se pone de manifiesto que los niños que comen más pan presentan menos problemas de exceso de peso (15,8% padece sobrepeso y un 13,9% obesidad) mientras que estas cifras aumentan hasta una media del 16,6% en sobrepeso y del 20,5% de obesidad, en el grupo que consumía menos pan.

El equipo investigador observó también que los que comen más pan registran un menor Índice de Masa Corporal (IMC) (18,8 k/m2 frente a los 19,4 kg/m2 de los que comen menos), así como un perfil calórico más adecuado en sus dietas (porcentaje de calorías procedentes de hidratos de carbono, proteínas y grasas) y mejores parámetros sanguíneos indicadores de riesgo cardiovascular (colesterol, triglicéridos, HDL-colesterol, LDL-colesterol) e indicadores de control de glucemia (glucosa basal e insulina basal).

El consumo de pan también favorece una ingesta más adecuada de nutrientes. En el caso de la fibra, cuya carencia conlleva la aparición de patologías como estreñimiento, enfermedades cardiovasculares o cáncer; los niños que comen más pan ingieren 18,6 g/día, mientras que el resto sólo 16,2 g/día.

Con respecto a otros nutrientes, hay que destacar el aumento del aporte de niacina o Vitamina B3, 33 mg/día en los que comen más pan y 30,1 mg/día en el resto; magnesio, 270,3 mg/día frente a 249,1 mg/día; o Vitamina A, 996,6 mcg/día frente a 850,5 mcg/día.

A la hora de calcular el Índice de Alimentación Saludable (IAS), en el estudio se comprobó que el 18,6% de los niños estudiados presentaba dietas inadecuadas y un 31,7% dietas aceptables, pero no consideradas completamente equilibradas, lo que pone de manifiesto que un 50,3% podría estar en riesgo de sufrir deficiencias y desequilibrios nutricionales.

Posteriormente se llevó a cabo el supuesto teórico de añadir dos raciones de pan blanco al día con el objetivo de ver cómo cambiaría la dieta del niño. Con este aumento se observó una importante mejora del perfil calórico de las dietas, ya que se incrementa la energía procedente de los hidratos de carbono (se alcanza el 47% frente al 44%) y desciende la procedente de los lípidos (40% al 37%).

El niño que toma más pan, toma más cantidad de vitamina B1 y yodo (importantes en el funcionamiento del sistema nervioso), más ácido fólico (que ayuda a la protección cardiovascular y mejora la función mental) o más zinc (importante para conseguir una mejor respuesta inmunitaria).

«Concretamente en relación a los folatos la ingesta media pasa del 89,9% al 95,6% de lo recomendado, para el yodo del 61,9% al 64,2%; para el zinc, del 75,7% al 79,2%, lo que contribuye a que la situación nutricional de los niños cambien muy favorablemente sólo con el incremento de esas 2 raciones de pan», confirma la profesora Ortega.

En lo que respecta al Índice de Alimentación Saludable (IAS), disminuye el número de niños que presentan dietas inadecuadas (de un 18,6% a un 11,5%) y dietas aceptables (de un 31,7% a un 28%), con lo que el porcentaje de escolares en riesgo de tener diversos problemas nutricionales baja de un 50,3% a un 39,5%, y aumenta, a su vez, el número de niños que mejoran la calidad su dieta (de un 47,5% al 54, 6%).

El consumo de pan no ha dejado de caer en España desde 1964. En 2006 cada español consumía menos de la mitad de pan que en 1964. Algo similar ha sucedido con la patata. Además ha aumentado notablemente el consumo de grasas.