Tres cuartas partes de la población mundial presentan déficit de vitamina D

  • Normalizar los niveles de vitamina d reduce en un 10 por ciento el riesgo de muerte de la población mundial.
  • Ha de romperse el tópico de que la vitamina D necesaria puede adquirirse sólo mediante la dieta o mediante baños de sol.
  • La vitamina D regula la función inmune del organismo y previene las infecciones, retarda e impide en ocasiones la proliferación de células tumorales y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Las últimas investigaciones científicas revelan el papel trascendente de la vitamina D en el organismo humano y el déficit de los niveles de dicha hormona en el cuerpo humano. Alrededor del 75 por ciento de la población mundial presenta niveles bajos de vitamina D, circunstancia que, tal y como apunta el doctor José Manuel Quesada, miembro del Hospital Reina Sofía de Córdoba, «resulta alarmante, toda vez que se ha comprobado, desde un punto de vista científico, las múltiples funciones y propiedades fisiológicas, más allá de los beneficios reconocible en el metabolismo óseo y mineral». Subraya el experto que «si se realizase un metanálisis puede deducirse que la normalización de los niveles de vitamina D en el organismo reduce el riesgo de muerte en un diez por ciento».

El dato es esclarecedor. «Tres de cada cuatro personas en España tienen carencias de vitamina D», asegura José Manuel Quesada, quien matiza que «el dato puede extrapolarse a la población mundial. El especialista asegura que «ha de romperse el tópico de que la vitamina D necesaria puede adquirirse mediante la dieta o mediante baños de sol. Aunque tengan un clima bonancible, como es el caso de España, los rayos de sol no se sintetizan de manera eficaz en todos aquellos países que están por encima del paralelo 37».

Entiende José Manuel Quesada que «la concentración sérica de 25OHD por debajo del cual la PTH se eleva (límite de suficiencia en vitamina D) es mucho más alta que la estimada clásicamente en 12 ng/ml, tendiendo a situarse entre los 15 y 20 ng/ml. Con este nuevo umbral, la prevalencia de la insuficiencia en vitamina D es muy alta en ancianos e incluso en adultos. Dicha insuficiencia se combina a menudo con una ingesta de calcio por debajo de la recomendada. La combinación de insuficiencia/deficiencia en vitamina D y la baja ingesta de calcio amplifica la respuesta paratiroidea, y justifica el uso terapéutico de suplementos de vitamina D combinados con calcio».

Matiza el especialista que «la prevalencia de insuficiencia en vitamina D es alta en grupos de ancianos, niños y emigrantes de color (debido a falta de exposición ultravioleta solar y baja ingesta dietética) y en diversas enfermedades. Asimismo es alta en pacientes tratados con corticoides, barbitúricos, etc.»

¿Cuál es la medida estándar de vitamina D que se considera suficiente? Asegura José Manuel Quesada que la cifra alcanza «los 30 nanogramos por mililitro como un valor mínimo aceptable». Subraya el experto que «las investigaciones han demostrado que la vitamina D no es una hormona específica para regular el metabolismo del calcio sino que se recibe a lo largo de todo el organismo. Más allá del evidente beneficio en la prevención de enfermedades músculo-esqueléticas (la osteoporosis es la más prevalente), la vitamina D es un aporte esencial para el organismo humano».

Al hilo de esta reflexión, el especialista apunta diversos ejemplos. «Se estima que influye en la calidad de la musculatura en un porcentaje en torno al 20 por ciento y aumenta la respuesta eficaz a la insulina en un 60 por ciento. Con respecto a la asimilación de otros fármacos específicos, la vitamina D también mejora su absorción entre un 13 y un 30 por ciento, según la composición del mismo».

Una de las grandes ventajas del aporte vitamínico es «su capacidad de regular la función inmune a las infecciones. Un nivel adecuado de vitamina D en el organismo mejora la resistencia a las infecciones, lo que repercute de manera directa en la calidad de vida de la persona. Asimismo, reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares».

«Además», añade el especialista, «estudios ecológicos y epidemiológicos han demostrado que la disponibilidad de vitamina D disminuye marcadamente el riesgo de cánceres de colon, mama y próstata, y se ha demostrado in vitro y ex vivo que el tratamiento con calcitriol y análogos tiene acciones diferenciadoras y de inhibición del crecimiento en el cáncer».