26 recetas de pepinos… para disfrutar de esta hortaliza en tu mesa

¡Qué buenos están!
A nosotros nos encantan y más que nunca ahora es el momento de llevarlos a la mesa. Son prácticamente agua, luego no engordan nada y podemos incluirlos en todas las ensaladas de verano que se nos ocurran, para darles su toque especial. Forman parte del gazpacho (imprescindible en esta época, en la tercera fotografía chupitos de gazpacho, un delicioso entrante en comidas y cócteles), pero también los puedes servir rellenos y de mil formas más. Fotografía superior: Christine Sponchia.

En Nutriguia te ofrecemos 26 deliciosas recetas y… te sugerimos que los pruebes en canapés light, con pan de molde untado con queso en crema y unas rebanadas finas de pepino con una pizca de sal, 27 recetas, por tanto. ¡Qué ricos están!

El Dr. Alejandro Domingo Gutiérrez, endocrinólogo y nutricionista de USP San Camilo, de Madrid, nos aconsejaba en su día su consumo y nos hablaba de sus fantásticas cualidades nutricionales.

Lo que nos aportan

La ración usal de pepino es de 80 gr (un pepino pequeño). Para que resulte menos indigesto se aconseja pelarlo de forma generosa. Como en otras ocasiones no debemos olvidar no obstante que si los pelamos demasiado perdemos buena parte de sus vitaminas. Su piel es rica en fibra y nutrientes, por tanto si no nos sientan mal podemos tomarlos parcialmente pelados (retirar solo unas tiras sí y otras no, de ese modo las rodajas quedan más decorativas y aportan más color a las ensaladas). Hay que lavarlos muy bien, tanto si los tomamos pelados como sin pelar. En Alemania los suelen consumir con piel, a diferencia de los españoles que solemos tomarlos pelados o parcialmente pelados.

Su historia

Es el fruto comestible de una planta herbácea anual, perteneciente a la familia de las cucurbitáceas, de tallos rastreros. Su nombre científico es Cucumis sativus. Procede de Asia. Hay pepinos de distintos tamaños, los pequeños se emplean para encurtidos, los grandes pueden superar los 45 centímetros de longitud. Su color también pude variar del verde intenso oscuro al amarillento.
Los que se cultivan en invernadero son los más largos y tienen la piel lisa. Los que se cultivan de manera tradicional, en tierra labrada (climas templados y cálidos), son los de piel rugosa y gruesa, de menor tamaño (los que consumimos con mayor frecuencia).

Conservación

Como siempre nuestro consejo es comer las verduras cuanto antes, de este modo pierden menos nutrientes. Podemos dejarlos por unos días en el cajón de las verduras del frigorífico, si los traemos del hipermercado en bolsas y se han puesto algo húmedos conviene secarlos bien con un trapo limpio, para que nos aguanten más sin pudrirse. Otra manera de conservarlos por más tiempo es disponerlos en lugar fresco y oscuro, tapando los tallos con papel de aluminio.

A la hora de comprarlos

  • Deben estar firmes al tacto, sin partes blandas, ni dañadas.
  • Si están envasados en bandejas debemos observar los tallos (que no estén mojados ni blandos).

En la cocina

Si crudos en ensaladas variadas o con otras crudités y una crema de queso resultan perfectos también admiten algunas preparaciones culinarias menos frecuentes como son hervido, horneado y fritura. En cuanto a los condimentos y aromáticas que mejor le van están el perejil, estragón, jengibre o también la paprika, que es similar al pimentón. Fotografía: Steve Buissinne.

Buenos consejos

  • No es bueno congelarlos, dado que son muy ricos en agua. En todo caso si no tenemos más remedio que congelarlos, después los emplearemos en cremas frías o en salsas, nunca en ensalada porque habrán perdido su textura.
  • Si compramos pepinos de invernadero, cuya piel es más fina y suave, no es preciso que los pelemos. Los lavamos bien y los añadimos directamente a las ensaladas.
  • Como sucede con otras hortalizas (berenjenas, calabacín…) conviene dejarlos escurrir sobre el escurreverduras, para que suelten el exceso de agua, antes de prepararlos. Para ello se cortan en rodajas, una vez lavados y pelados y se colocan con sal sobre el escurridor. A este proceso se le llama «soltar la lágrima» o el «amargor», de ese modo resultan más delicados de sabor en salsas y rellenos.
  • Los pepinos combinan de forma especial con el pescado graso o azul (atún, bonito, salmón…). Se puede preparar pescado relleno con pepino en daditos pequeños, arroz blanco, atún, cebolla rehogada y aromáticas al gusto.
  • El pepino, como comentábamos antes, se puede cortar de forma decorativa (en bastoncillos o con surcos. Éstos últimos se pueden hacer con un cuchillo afilado, el pelapatatas o con ayuda de un tenedor. Después se cortan a rodajas.
  • Si guardamos medio pepino en el frigorífico, conviene tapar la zona del corte con filme, para conservarlo mejor y para que no den sabor al resto de alimentos del frigorífico.

Alimento muy sano

Nos lo cuenta a Nutriguia.com el Dr. Alejandro Domingo Gutiérrez: “El pepino es una pieza fundamental a la hora de establecer una alimentación saludable”
Así de contundente se ha expresado el endocrinólogo y nutricionista de USP San Camilo, el doctor Domingo Gutiérrez. No en vano, el gran contenido en agua de esta hortaliza de la familia de las cucurbitáceas (como el melón o la calabaza) hace de ésta un buen ingrediente para las dietas de control de peso o de adelgazamiento, además de reforzar algunas propiedades diuréticas y laxantes.

En la ya antigua ‘Guerra del pepino’, el doctor Alejandro Domingo Gutiérrez quiso salir en defensa de este producto, entre cuyas variedades destaca el llamado pepino español: “Es una hortaliza con un gran contenido de agua por lo que es muy apta para esos momentos en los que tenemos muchas ganas de comer y comemos cualquier cosa. Tomando pepino, con un 96% de agua, nos sentiremos saciados. Pero, además, este pepino nos va a aportar, sobre todo, una gran cantidad de minerales y vitaminas”. Contiene vitamina C, B2, B6, A y E, además potasio, fósforo, calcio, magnesio y hierro. También, “nos ayuda a eliminar todos los tóxicos por riñón al aportar gran cantidad de agua”.

Comerlo lentamente y sin pelar

El pepino, gracias a su alto contenido en agua y fibra es un gran depurativo, diurético y laxante, con un bajo aporte calórico, al contener pocos carbohidratos. Por ello es ingrediente indispensable en las dietas de adelgazamiento.

El doctor Domingo aconseja comerlo lentamente para evitar la indigestión por pepino. No es recomendable para personas con diarrea o con gases, pero para el resto resulta un alimento adecuado para proteger el estómago y depurar el riñón.

Rico en agua, el pepino, tradicionalmente considerado un excelente aliado de la piel y el cabello, está asociado al verano: a las ensaladas y gazpachos, por ejemplo. Debe comerse fresco y a ser posible con la piel para evitar perder su aportación de fibra y betacaroteno (vitamina A procedente de las frutas y vegetales), recomendable para la vista, prevención de infecciones, desarrollo y mantenimiento de huesos y tejidos… “Este pepino en las ensaladas nos anima, nos hace que esa ensalada incluso a la vista sea más bonita, sea más apetecible”, ensalza el nutricionista y endocrinólogo.

“El pepino, pues, debe ser una pieza fundamental a la hora de establecer una alimentación saludable”, añade el especialista, quien asegura que desde la profesión médica se contribuye de esta forma a la defensa del pepino, “y naturalmente al pepino español, que es el que tiene más cantidad de todos estos elementos saludables”. Esta hortaliza, cuya temporada tradicional se extiende de junio a septiembre, necesita de un clima templado para cultivarse en óptimas condiciones.

Preparar pepino para ensalada

Te damos una fórmula básica, para que emplees a tu gusto en ensaladas o como guarnición. Pelar los pepinos, bien verdes y duros, cortarlos en rodajas finas y espolvorear con sal, dejar reposar en el escurreverduras un par de horas. Pasado este tiempo lavar al chorro, bajo el grifo de agua fría. Secar con un paño de cocina limpio y disponer en una fuente de ensalada, aderezar con una vinagreta y con perejil picado (si se desea), dejar en la nevera hasta el momento de llevar a la mesa. Se pueden servir como guarnición, tal cual, o bien acompañar en tomates y pimientos rojos.

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