Claves de la Dieta Mediterránea

La dieta medieterránea es una forma de alimentación basada en el elevado consumo de cereales, frutas, verduras, hortalizas y legumbres, incluyendo los pescaos y el aceie de oliva como fuente principal de grasa y con bajo consumo de carnes y grasas saturadas, todo ello en un entorno de hábitos saludables: actividad física y ocio al aire libre. Era la dieta que hacían nuestros abuelos.

Es un buen ejemplo de dieta variada, nutritiva, apetecible y saludable, que además ayuda a prevenir enfermedades crónicas relacionadas con la alimentación.

Sus características

  • Posee un bajo contenido en grasas saturadas y proteínas de origen animal.
  • Consumo elevado de grasas insaturadas procedentes principalmente del aceite de oliva, rico en ácido oleico (ácido graso monoinsaturado) y de los pescados azules ricos en ácidos grasos omega-6 y omega-3 (ácidos grasos poliinsaturados).
  • Rica en hidratos de carbono procedentes de los cereales.
  • Alto contenido en fibra, vitaminas, minerales y otros antioxidantes presentes en todo tipo de frutas, frutos secos, verdura y legumbres.
  • Utilización de técnicas culinarias sencillas como son las ensaladas, el hervido y los asados con aceite de oliva.

Los beneficios

  • Combate el estreñimiento. La fibra procedente de cereales, leguminosas, frutas y verduras tiene un efecto beneficioso favoreciendo el tránsito intestinal; en general contribuye a equilibrar el perfil calórico de la dieta.
  • Las vitaminas, minerales y antioxidantes que aporta se relacionan con un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
  • El pescado azul, el aceite de oliva y los frutos secos reducen el nivel de colesterol, previniendo el riesgo cardiovascular.

Qué alimentos la integran

  • Alimentos frescos, en su forma natural y de temporada.
  • Las legumbres (lentejas, judías, garbanzos) muy características de nuestra gastronomía.
  • Los alimentos ricos en fibra, vitaminas y minerales como las frutas y verduras, muchos de ellos en forma de ensaladas, cocinadas o crudas.
  • Los cereales (pan, pasta, arroz, patatas) como alimentos básicos.
  • El pescado, preferentemente azul (caballa, atún, sardinas, etc.)
  • Leche y productos lácteos como queso y yogur, en cantidad moderada.
  • El aceite de oliva como grasa de elección en la elaboración y condimentación de todo tipo de platos.
  • Frutos secos como las nueces, avellanas, almendras…