Festival de la Lavanda de Brihuega 2018: boleros, preciosos boleros entre lavandas, con Café Quijano

Cuando vi al hijo de unos amigos fotografiado en unos campos de lavanda en la Provenza me entraron unas ganas locas de ir allí a hacer lo mismo y ver esa preciosidad de paisaje. Luego me enteré un buen día que en Guadalajara existía un lugar llamado Brihuega, en el que podía hacerlo y a poco más de una hora de Madrid. Busqué información y me enteré también que desde hace 7 años en ese paraje tan singular de nuestra geografía celebran un Festival de Música, justo antes de la recolección de las lavandas. El resto ya vino rodado… consulté el programa de 2018 y elegimos ir a ver a Café Quijano, a las 21 horas del día 14 de julio… Qué buena decisión.

El día anterior, viernes 13 tenían en el mismo lugar un concierto de Pitingo (Soulería al atardecer) con cena gastronómica de dos Estrellas Michelin, las del chef Dani García. Nosotros, como te adelantábamos, hemos optado por ver Boleros al atardecer, Café Quijano.

Llegamos a Guadalajara el sábado a las 14.00 horas, en realidad nos pusimos allí en poco más de veinte minutos (no dábamos crédito). Como habíamos quedado a comer con unos amigos, a las 15.00 horas, en concreto en el restaurante Diego´s… y como teníamos una hora por delante, nos fuimos a callejear, lo que ese tiempo nos permitiera por la ciudad. Encontramos abierta una bonita iglesia, la de San Ginés, debido a que en ella hay adoración permanente del Santísimo. Preciosa esta iglesia cuyo nombre es el de mi abuelo materno.

Reserva con tiempo

El hecho de comer en Guadalajara ha sido necesidad pura y dura, porque en Brihuega y alrededores no había nada disponible. Todo ocupado. Por recomendación de una amiga nos daban una mesa en El Pocholo, de Torija, para las 13,30 horas, que debíamos abandonar a las 15.00 horas, porque estaba reservada para la comida. No elegimos esa opción. Consejo para futuros visitantes del Festival de Brihuega: reserva restaurante, hotel etc con mucha, pero mucha antelación.

La verdad es que nos encantó el restaurante que hemos elegido, Diego´s (en las afueras de Guadalajara) en el que probamos un menú degustación delicioso… que nos sirvió de merienda y de cena (literal…). Con él cubrimos con creces todas nuestras necesidades gastronómicas (el cuarto en TripAdvisor).

Acude… con tiempo

Uno de los consejos de los organizadores del Festival es que acudas con tiempo y es bueno seguirlo, porque desde Guadalajara a Brihuega hay un trayecto de unos 30 km, por carretera de doble sentido, que suele tener atasco, de hecho lo tiene en estas fechas.

El parking del Festival abría a las 19.00 horas y nosotros conseguimos llegar a las 19,30 horas tras sufrir un atasco considerable y de rigor. De todos modos merece la pena… todos íbamos al mismo sitio.

Al dejar el coche en el parking empezamos a ver a montones de gente dirigiéndose a la entrada. La verdad es que parecíamos zombies… todos de blanco (bueno esto sería una licencia) y en la misma dirección, muy de zombis. Eso sí, unos y otros hacíamos paradas ocasionales para plasmar cientos de momentos en ese precioso paisaje de lavandas…

Nos pusieron la pulsera de nuestro tipo de localidad: en nuestro caso preferente, incluía una botella de agua (por cortesía…), acceso a baños VIP, y localidades más próximas al escenario. Y ya elegimos nuestras 4 sillas situadas entre lavandas, puesto que el área estaba delimitada, pero los asientos no están numerados.

Después, entre fotos, posados, idas y venidas… rápido pasó el tiempo y, ante la llegada del grupo leonés al escenario, todos nos sentamos para escuchar el concierto.

Manuel nos prepara para lo que viene…

Café Quijano es un grupo leonés de tres hermanos: Oscar, Manuel y Raul. Nunca les había escuchado en directo y confieso que me han encantado…

Genial el desparpajo de Manuel (cantante, en el centro en las fotografías) entre canción y canción, con una gracia muy leonesa, socarrona y divertida. Qué manera de introducirnos cada nuevo tema… Todo el mundo reía sin parar sus ocurrencias.

Y mientras, entre entre bolero y bolero, un atardecer de llorar de bonito (alguna lágrima, lo confieso, se me escapó en el concierto… y eso para mí es lo más, emoción en estado puro, por alguna canción de amor, por sentirme privilegiada por tanta belleza, por la compañía…). Esa puesta de sol, esa música, esas lavandas por todos lados, ese olor maravilloso… una gozada.

Y como era de esperar se llevaron una gran ovación del público entregado, tras el concierto. «Otra, otra, otra…» les pedimos. Nos obsequiaron con dos temas más y, finalmente, recibieron el último aplauso. Qué bonita experiencia… merece la pena.

Brihuega… el jardín de la Alcarria

Brihuega esta situada a 33 Km. de Guadalajara, a 90 km. de Madrid y 12 Km. de la Carretera N-II. Al sudoeste de la provincia de Guadalajara y en la margen izquierda del río Henares, se sitúa la comarca de la Alcarria, siendo para muchos Brihuega su capital.

Este año se esperaban en Brihuega 20.000 visitantes. En el Programa de Floración de la Lavanda 2018 se incluían visitas guiadas a los campos de lavanda durante los fines de semana del mes de julio (también se puede visitar los campos y no acudir a los conciertos…). Este año también se ha presentado el libro «La memoria de la lavanda», de la periodista Reyes Monforte, que se realizó el 14 de julio, el mismo día de nuestro concierto. Se vendían ejemplares en la carpa. El sábado 21 se inaugurará el Mercado de la lavanda. También se organizan vuelos en globo (15 minutos, 75 euros; 25 minutos 90 euros; 1 hora 140 euros) y en parapente.

Más información: turismobrihuega123@gmail.com y turismo@aytobrihuega.com

Yo te he contado mi experiencia… Pero no te conformes con que yo te lo cuente tienes que vivirlo…

Pensábamos que la vuelta nos iba a acompañar con otro buen atasco, pero nos equivocábamos… Salimos con bastante orden y la gente debió quedarse en los pueblos de las inmediaciones y en Brihuega, porque la carretera de vuelta estuvo perfecta.

Ya sabes mi consejo… Tienes que vivirlo, espero que te hayan entrado unas enormes ganas de hacerlo.

Dori Rodríguez